mientras mi piel se arruga premonitoria como
pintura en un muro ardiendo
las moscas de la fruta con ojos
estériles
de un gris naranja
se quedan mirándome
mientras sueño con mujeres imposibles de color lavanda
hermosas
como la inmoralidad
mientras mi piel se arruga premonitoria
yo leo The New York Times
las arañas se pelean con las hormigas en las sombrías raíces
de la hierba
y las putas alzan sus manos al cielo pidiendo
amor
mientras los ratones blancos
se aprietan los unos con los otros discutiendo
sobre un trozo de queso
mientras mi piel se arruga premonitoria
yo pienso en Cartago y en Roma y
en Berlín
pienso en jovencitas cruzando sus
piernas de nylon en la parada del autobús
mientras mi piel se arruga premonitoria como
pintura en un muro ardiendo
me levanto de la silla para beber agua
en una plácida tarde
y me pregunto por el agua
me pregunto por mí,
un cálido preguntarse como un termómetro cálido
que sube como una mariposa
en una destilada tarde de un amarillo pálido
y después vuelvo andando
y me siento en la silla y no pienso más
-me refiero a la tensión de escalerillas rotas y viejas
películas de guerra-
dejo que todo
arda.
Charles Bukowski
Del libro, Madrigales de la pensión
Edic. de J. M. Moreno Carrascal
**